viernes, 5 de febrero de 2010

El saber según Wikipedia


Ningún espacio virtual nos inquieta tanto a quienes nos dedicamos a la docencia como el de la enciclopedia colaborativa. Algunos colegas no desean ni mencionarla, al considerar que violenta el saber ilustrado, otros, optamos por aceptar su inevitable presencia y observar cómo cambia la adquisición del conocimiento en la era digital.

Los estudiantes con acceso a la red la han hecho su compañera de estudios y sus profesores, tenemos la preocupación legítima de los riesgos de que elaboren tareas con una enciclopedia que pudo haber editado el vecino de enfrente.

La filosofía detrás de Wikipedia, emblema innegable de la web 2.0 (concepto que se refiere a la red participativa y de libre acceso) parece simple, pero no lo es. Detrás de ella, hay una nueva forma de adquisición del saber, fragmentado, distribuida, basado en la inteligencia colectiva, que a decir de expertos como el filósofo Pierre Levy, es la fuerza energética de la sociedad del conocimiento, que se forja en el ciberespacio y cuya base material es el software de código abierto.

La inteligencia colectiva se basa en el principio de que nunca, aun en nuestros momentos solitarios, pensamos solos, sino que lo hacemos tomando como referente a otros y al hacerlo de esta forma, los pensamientos dice el filósofo, se potencian. La red sería el espacio perfecto para el desarrollo de esta inteligencia.

La colaboración en la generación del conocimiento no es vista con buenos ojos con unanimidad. El crítico Andrew Keen ha sentenciado que cuando el conocimiento lo genera desde un niño travieso hasta un profesor de Oxford, ya no es tal. Lejos están las contribuciones de Marie Curie y Albert Einstein a la Británica,se lamenta uno de los más intensos críticos de los sitios cuyos contenidos son generados por los usuarios.

La Británica está en el puesto 5 mil 128 de los sitios más buscados en Internet; Wikipedia en el lugar 17 y entre los tres primeros resultados que arroja toda búsqueda en Google. La enciclopedia Encarta de Microsoft, corrió con peor suerte y dejó de venderse.
Sus 65 millones de visitantes al mes, 13 millones de artículos, mayoritariamente en inglés (cuatro veces más que los que hallamos en español), erigen a Wikipedia como un fenómeno emergente de nuestra sociedad digital que como he señalado insistentemente en Virtualis, excluye a quienes no tienen acceso, ni habilidades digitales.


¿Qué es? , una enciclopedia virtual que cualquiera puede confeccionar, si bien, la editan unas 100 personas al frente de las cuales está su creador, Jimmy Wales, quien dice mantener una estructura empresarial que equivale a la de la mitad de una enciclopedia común. Este centenar de personas, evitan el vandalismo, corrigen la sintaxis, recomiendan la citación de fuentes o la necesidad de que una información cuente con la participación de un experto. También son quienes remueven la xenofobia o el fanatismo, como cuando en 2008, decidieron retirar las ofensas contra Mahoma.

Su apertura en la que cabemos tú y yo como generadores de conocimiento, le ha valido duras críticas por sesgos, imperfecciones y errores. A lo que su creador responde, que su invento, convertido en una organización no lucrativa (Wikimedia), no genera conocimiento como las enciclopedias tradicionales, sino que lo pone a disposición, con la ventaja de las ligas a otros espacios y fuentes de conocimiento. De hecho, pronto admitirá que se suban videos.

La parábola de la participación universal en la web 2.0 merece cautela y distancia crítica. De acuerdo al propio Wales, sólo unas 500 personas participan y de éstas un 2% lo hacen activamente, con lo que la colaboración mundana (y la de nuestro vecino de enfrente) está por verse.
Se le han captado infraganti errores y sesgos, pero aun así, en 2005 la prestigiada revista Nature comparó 42 textos de la Wiki y la Británica y no halló diferencias considerables, además de admitir que ambas tenían errores.
También ha sido usada desde impostores hasta investigadores que desean indagar sus vulnerabilidades. Recientemente un estudiante irlandés inventó una cita que atribuyó al fallecido músico Maurice Jarre, misma que fue reproducida por medios ingleses y australianos de prestigio ante la muerte del artista. Además de poner en ridículo a estos medios ( BBC y The Guardian, entre ellos ), evidenció que los wikieditores de Wales tardaron en quitar la cita en 24 horas.

Más allá de fobias y filias, lo que está a debate es la nueva forma de adquirir el saber en la era digital, lo que expertos y académicos no acabamos de descifrar y aprehender por su dinamismo y complejidad.

La fundación Wikimedia http://es.wikipedia.org/wiki/Wikimedia ofrece entre otras cosas un wikcionario, un portal de wikinoticias; wikileaks, un controversial espacio en el que se exhorta a disidentes y críticos a subir informes secretos y comprometedores de gobiernos y empresas (una forma wiki de filtrar documentos sobre el que ya tendremos oportunidad de conversar) ; wikiquotes, donde encontramos citas de personajes célebres y una wikiuniversidad, que en realidad es una plataforma educativa que aun es pobre en contenidos.


En el mundo wiki, nada está dicho, todo está por decirse. El saber es continuo, disperso y fragmentado y la veracidad radica en los consensos, no en la erudición individual. Así adquieren el conocimiento las nuevas generaciones de jóvenes expuestos a Internet y a un bombardeo mediático apabullante, incluido el IPod que llevan como adherido al cuerpo.


¿Qué haremos los maestros? Primero conocerla, indagar sus imperfecciones, elaborar rutas y métodos para que podamos hacerla nuestra. Ayudar a los jóvenes a indagar más allá del wikimundo instantáneo a través de las posibilidades infinitas del lenguaje hipertextual, en el que las rutas son definidas por uno mismo, pero para lo cual, es necesario saber los cómos. En la red, cualquiera que se lo proponga puede toparse en un clic, con El origen de las especies de Darwin o con el Ulises de James Joyce en extraordinarios sitios universitarios e institucionales.


Negar su inevitable presencia, sería un camino equivocado. Vuelvo a recordar a Levy, quien sentenció en un informe a la Comunidad Europea sobre cibercultura, que los maestros del futuro, no serán los que dictan una cátedra, sin interpelaciones, sino aquel que anime el conocimiento por caminos y rutas inesperadas ¿Será?.


Les recomiendo visitar el portal del Instituto Internet de la Universidad de Oxford donde intercambiaron puntos de vista el socio de Jimmy Wales, Lawrence Sanger y el crítico Andrew Keen sobre el saber en la era digital.
http://webcast.oii.ox.ac.uk/?view=Webcast&ID=20080527_246

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