martes, 25 de mayo de 2010

México y la Sociedad de la Información

Publicado el viernes 21 de mayo de 2010 en El Universal

Hace unos días finalizó en Ginebra Suiza el Foro de la Cumbre Mundial de la Sociedad de la Información que tuvo como objetivo, presentar los avances en la consecución de las metas planteadas en las Cumbres mundiales de 2003 y 2005 respectivamente y que se reducen a disminuir dos brechas profundas entre las naciones del mundo: la digital y la del conocimiento.
En el informe mundial “Midiendo a la Sociedad de la Información” dado a conocer en el foro organizado por la Unión Internacional de Telecomunicaciones, la UIT se presenta el desempeño de 159 naciones en tres grandes rubros con sus respectivos indicadores: Infraestructura, uso de tecnologías e impacto en el desarrollo económico y social. En cuanto a los tres, México tiene grandes rezagos y desafíos.
En el informe México no presenta indicadores satisfactorios, en contraste con los de Chile, el país de mejor desempeño en el concierto latinoamericano. Nuestro país se ubicó en el lugar 77 en el rubro desarrollo de tecnologías de información y comunicación, como se denomina genéricamente al conjunto de tecnologías de telecomunicaciones, radiodifusión y la informática, tales como Internet y telefonía celular y la infraestructura que estos servicios requieren.
La primera brecha, la digital se mide con base en indicadores tales como infraestructura de telefonía fija y de banda ancha así como por las tarifas. Sabemos que en México, las conexiones de banda ancha no sólo son lentas, sino de las más caras del mundo de acuerdo a datos de la OCDE, debido a una deficiente regulación que inhibe la competencia y un uso eficiente e incluyente del espectro radioeléctrico.
En el foro mundial quedó de manifiesto, que la infraestructura de banda ancha es fundamental para la transformación de las naciones en sociedades de la información, ya que permite el despliegue de todas las posibilidades que las redes ofrecen para la educación, la salud y la gestión gubernamental.
Si bien la banda ancha en México ha crecido en los últimos años- Telmex, el operador dominante, señala que un 70% en los últimos cuatro años-alcanza una penetración de 5.16 por cada 100 habitantes, uno de los porcentajes más bajos de los países de la OCDE.
Otro indicador con el que se mide la brecha digital es el acceso. Tres cuartas partes de los mexicanos no tienen acceso a Internet y de acuerdo con el INEGI, la principal limitante es la falta de recursos. En contraste, 70 millones tienen acceso a telefonía celular pero no llega ni al 7% quienes tienen el servicio de Internet de alta velocidad.
Las mediciones se topan siempre con la complejidad de brecha del conocimiento, que se refiere a la educación y competencias digitales. Acceder a la Sociedad de la información no es únicamente un asunto de infraestructura y conectividad, los gobiernos deben estar conscientes que de nada sirve llenar las escuelas de computadoras, si lo maestros no tienen las habilidades mínimas para darle un uso significativo y transformador.
México tuvo una discreta presencia en el foro mundial a través del subsecretario de educación básica Fernando González, quien presentó el programa Habilidades Digitales para Todos ( HDT ), un megaproyecto del actual gobierno, para incorporar el uso de las tecnologías en la educación primaria que pretende revitalizar el fallido proyecto Enciclomedia de la administración foxista.
En México los logros educativos son de los más bajos de los países de la OCDE, más de un niño de cada 10 según el organismo, no dispone de una mesa de estudio ni de un diccionario, mucho menos de una conexión a Internet. En este contexto se pretende incorporar el programa HDT.
No reconocer la brecha del conocimiento y reducir las estrategias al acceso e infraestructura lleva a fracasos como el de Enciclomedia, que desplegó un presupuesto millonario ejercido de manera poco transparente y sin una revisión crítica de sus aportaciones, si es que las hubo.
Como señala el investigador Mark Warschauer para darle un uso significativo a la tecnología, se requiere de un liderazgo y visión de largo plazo, tendiente a cerrar la brecha cognitiva que permita a los usuarios decodificar lo que se encuentra en las redes de manera significativa, es decir para el desarrollo humano el cual pasa necesariamente por la superación de la pobreza y la educación.
El programa HDT contempla la puesta en marcha en las primarias del aula telemática con pizarrones interactivos, teléfono VoIP, antena satelital o conexión inalámbrica, así como con planes de certificación de maestros en manejo en tecnologías de información y comunicación.
Con el tiempo veremos si se aprendió que no basta el acceso, sino el revertir la desigualdad a través de políticas públicas pro competitivas, incluyentes y responsables, que garanticen cerrar las dos brechas que hoy hacen de México un país sin igualdad de oportunidades.

viernes, 7 de mayo de 2010

Confianza digital

Publicado en El Universal

Uno de los imperativos de la sociedad digital, que tiene su base en tecnologías de información y comunicación para la eficiencia gubernamental, la transparencia, los servicios, la educación y el entretenimiento es la confianza, un bien social que promueve el bienestar económico y humano como lo anticipó en los noventa Francis Fukuyama.
Los datos personales constituyen el insumo a través del cual, se gestionan electrónicamente asuntos gubernamentales y comerciales disminuyendo costos administrativos e incrementando la eficiencia. Transformada en gigabytes nuestra información es imprescindible para que la sociedad digital funcione, pero el engranaje de esta dinámica no sería posible sin la confianza que acompaña cada que escribimos en una pantalla nuestra información personal a cambio de algún servicio o diversión.
De acuerdo a Internet World Statistics hay más de mil 700 millones de internautas en el mundo que acceden a unos 200 millones de sitios web de la más diversa índole (Netcraft, 2009). En tanto, más de la mitad de los habitantes del planeta (casi 4 mil millones) son usuarios de teléfonos celulares, esta última es la tecnología que más rápido ha crecido en la historia de la humanidad. Si la red social Facebook con sus 300 millones de usuarios fuera un país, sería uno de los más poblados del mundo.
Para que la sociedad digital funcione, desde nuestro nombre hasta nuestro origen étnico o estado de salud, se convierten en pieza fundamental para el dinamismo económico y social, por ello resultaba inexplicable que México junto con Turquía eran los únicas naciones de la OCDE sin una ley que garantizara la protección de datos personales en poder de particulares necesaria para las transacciones transfronterizas en el mundo global.
Hace unos días el Senado aprobó la Ley Federal de Protección de datos personales en posesión de particulares con la cual, los ciudadanos podrán ejercer su derecho a solicitar, rectificar y cancelar sus datos cuando considere que no son útiles para los fines con que fueron entregados y que obliga a quien los solicite hacerse responsable de su buen uso.
Es en el Instituto Federal de Acceso a la Información Pública, el IFAI en el cual recae la facultad de resguardar la privacidad de los datos personales en poder de instituciones y entidades del sector privado, las cuales tendrán la obligación de contar con procedimientos necesarios para la atención ciudadana.
Es innegable que las leyes de protección de datos nacionales y supranacionales se han convertido en bases sólidas para la protección del honor y la intimidad, sin embargo hay algunos desafíos por delante: El primero es la agilidad de la respuesta ante denuncias, lo cual contribuirá a fomentar una cultura de protección de datos entre los propios ciudadanos y paralelamente, desincentivar la corrupción derivada del mal uso de la información personal.
Un segundo desafío es de largo aliento y tiene que ver con la restitución de la confianza ciudadana en países como el nuestro, toda vez que hemos sido testigos en últimas fechas del mercado negro de datos personales en el cual por una suma de 12 mil dólares se obtiene el padrón electoral o el registro vehicular.
Los clientes de este mercado favorecido por la corrupción y la impunidad van desde criminales hasta negocios sin escrúpulos, que usan la información personal para ventas y promociones que vulneran sin cortapisas nuestra privacidad. Enterarnos del mal uso de nuestros datos y de la impunidad que rodea a este negocio ilegal erosiona la confianza y con ello la posibilidad de contar con un gobierno y empresas eficientes y transparentes.
La ley es una base sólida, tanto así como las innovaciones tecnológicas para el desarrollo de protocolos de seguridad, como los que ha incorporado el SAT o el sistema bancario, pero el desafío mayor es la restitución de la confianza ciudadana en un país afectado por elevados índices de impunidad.
¿Cómo convencer a los ciudadanos que sus datos no acabarán a la venta en Tepito o en una página de Internet?
Como lo señalaron expertos reunidos por la Comisión Europea en febrero pasado en la ciudad española de León, no todo recae en el orden jurídico y en la ingeniería en sistemas computacionales, la confianza ciudadana es el elemento nodal en la sociedad digital, sin ella el riesgo de frenar el desarrollo económico y social es enorme.
Otro aspecto fundamental es la educación digital que permita a los ciudadanos entender la importancia de sus datos y cómo protegerlos.

Foto recuperada de: esamuelm.wordpress.com/.../¿que-es-tiempo-real/

jueves, 6 de mayo de 2010

e-Infancia



Publicado en El Universal Blog Virtualis
Hace unos días mi hija de 8 años me dijo que quería jugar con “Lady Gaga” en mi computadora. Imaginarán mi reacción.
¿Cómo, si apenas le expliqué qué es Google? Reconozco que soy madre de dos nativas digitales que exalta cada que puede las destrezas de la generación hiperconectada, lo cual en ocasiones ya resulta reiterativo y chocante de parte de padres que como yo, crecimos con televisión aérea. Me pidió acceder a un sitio recomendado por sus amigos de la escuela: “Club Penguin”. Se trata de un juego social en Internet en el que los niños crean su avatar al cual le ponen nombre, tal es el caso de “Lady Gaga” y de unos 12 millones usuarios cotidianos (según TecCrunch y Club Penguin, 2009) que juegan en la virtualidad con identidad de pingüino.
Los juegos sociales serán el mercado de mayor crecimiento de las industrias creativas y del entretenimiento en los próximos años (Strategy Analytics, 2010). De los usuarios de Facebook se calcula que un 85% juega en línea en espacios virtuales como Farmville. Disney sabe muy bien de mercados a futuro y por ello pagó en 2007 por Club Pingüino 350 millones de dólares a la empresa New Horizon.
Es lugar común hablar de los jóvenes como los nativos digitales, quienes retan y apantallan a sus mayores con sus destrezas tecnológicas. Los estudios sobre prácticas sociales y culturales de Internet, que en su mayoría realizan empresas y centros de investigación de todo el mundo, analizan al grupo compuesto por estudiantes de educación media y superior. Para la mercadotecnia este es el target de toda estrategia ¿Y los niños?
El año pasado una investigación coordinada por la respetada investigadora británica Sonia Livingstone de la London School of Economics aborda el tema sobre el cual, se ciernen desde pánicos morales y sobreprotección hasta exaltación de bondades, sin embargo hay pocos datos fiables que informen a la sociedad de los beneficios y riesgos de los niños hiperconectados.
No se trata de averiguar lo que los niños hacen en Internet, advierte la investigación británica publicada bajo el nombre Children and the Internet ( Polity, 2009), sino lo que les permite hacer cuando conectan su mundo virtual con la sociedad en que viven. ¿Podremos responder a esa generación?¿ Qué pasará con la brecha que se profundiza con quienes lleguen a la edad adulta sin haber tocado una computadora?
Concluye que los adultos sabemos casi nada sobre la infancia e Internet, que ni los maestros pueden responder los para qué, ni mucho menos saben cómo evaluar a un niño hiper conectado. Por el lado de los padres, éstos creen que su hijo aprenderá cosas nuevas aunque a veces, les embargan las dudas de la exposición a contenidos ilegales o el cyber bullying (acoso).
Pero uno de los hallazgos más preocupantes es que los adultos que como yo somos dados a enaltecer ( a veces de manera exagerada) las habilidades de la e-infancia, poco hacemos porque los niños den un uso significativo a lo que encuentran en la red. En Gran Bretaña uno de cada tres niños entiende lo que encuentra en la virtualidad, señala Livingstone. Si se realizaran investigaciones en otros contextos probablemente los datos serían semejantes.
Los niños en tanto, dice la investigación británica, no tienen miedo de Internet y les gusta para expresarse y explorar cosas nuevas que no ofrecen la televisión o la escuela.
Investigaciones como ésta, evidentemente se centran en países desarrollados con un alto nivel de penetración de Internet, pero en realidades como la nuestra las preguntas van más allá, ya que son más los niños excluidos de la sociedad digital.
¿Acercar o no a los niños a Internet? Mi respuesta es siempre afirmativa, pero advierto que es responsabilidad de los padres tanto que le den un uso creativo como que no pasen frente a la pantalla 12 horas diarias.
En los próximos años la industria de los juegos virtuales (los que se juegan en Internet) irán arrebatando mercado a los videojuegos ( Mario, Halo, Rock Band) así como segmentos de usuarios entre los que los pre adolescentes y niños serán el objeto deseo, los nuevos Homo Ludens de la industria, financiados por nosotros, los padres quienes deseamos a niños conectados sin saber a ciencia cierta si la hiperconexión se traducirá en un beneficio a largo plazo.
La UNICEF en su declaración de los derechos de los niños en Internet proclama lo siguiente:
• Libre acceso
• Libre expresión
• Respeto a los derechos fundamentales de los niños
• Respeto a la intimidad
• Obligación de los padres para orientar sobre el uso apropiado de Internet.
Cerraré estas reflexiones diciendo que el uso de Internet en los niños es un asunto de los padres y la escuela. No basta la conexión, sino el darle un uso significativo para el desarrollo humano. El proporcionar acceso y educación digital a los millones de niños desconectados, es responsabilidad de gobiernos que implementen políticas públicas que miren a futuro.
Mientras en las economías altamente desarrolladas se preguntan si la sociedad estará lista para responder a estas generaciones. A nosotros nos quedan retos como la conexión y el desarrollo de la educación digital para nuestros niños ¿Acaso alguien se lo está preguntando?
PD) El avatar de Fernanda y” Lady Gaga”, el avatar de un usuario (no se sabe por políticas de privacidad de datos) jugaron con otros pingüinos a lanzarse bolas de nieve. ¿Qué será de esos pingüinos cuando sean grandes?

Foto recuperada de: http://www.abc.net.au/reslib/200809/r291993_1250087.jpg

miércoles, 5 de mayo de 2010

Periodismo, crisis y tecnología


El periodismo se encuentra en una grave crisis financiera y de identidad a causa de la digitalización y en países como México por la cercanía con el poder económico y político y su correspondiente lejanía de los ciudadanos.
Una de las estrategias propuestas por los propios periodistas para sobrevivir la crisis financiera en los medios es la de Bil Gentile conocida como Back Pack Journalism. Aquí en el lanzamiento de la Fundación Mexicana de Periodismo de Investigación que tiene su sede en el Tecnológico de Monterrey que inició sus trabajos con un curso de una semana a cargo del destacado fotoperiodista, autor de célebres portadas de Newsweek.
El BPJ es una estrategia que consite en que el periodista es una unidad laboral que cubre , graba, escribe , edita y envía. Sobre las implicaciones hay mucho que investigar.
Compartimos la mesa con Gentile, Ana Arana y Epigmenio Ibarra

Taller Periodismo de Mochila con Bill Gentile – Fundación MEPI y Tec de Monterrey

Taller Periodismo de Mochila con Bill Gentile – Fundación MEPI